viernes, 29 de junio de 2012

Las nieves del kilimanjaro



Ésta será seguramente mi última entrada en Zinéfilas hasta pasado el verano.
Por eso quería hacerlo con una película que nos dejara a todos un buen sabor de boca.
En momentos de crisis global, de incertidumbre, de convulsión social, nada mejor que una de esas películas que nos hacen entrar en contacto con lo mejor del ser humano.



Robert Guédiguian ("Marius y Jeannette"1997) en "Las nieves del kilimanjaro"(2011) se inspira en un poema de Victor Hugo"La gente pobre" y en una canción de Pascal Danel que lleva el título de la película y sitúa la acción una vez más en su ciudad: Marsella,una ciudad luminosa y portuaria,cuya luz y color parecen entrar en armonía con un matrimonio de unos cincuenta años que se han pasado la vida luchando por la clase proletaria y ahora a las puertas de la forzosa pre-jubilación del marido,se plantean si han llegado a ser quienes soñaban.


Es difícil narrar la felicidad,porque la felicidad fielmente no se puede contar,es algo que se vivencia.Sin embargo, Guédiguian en la primera parte de la película nos transmite la imagen de un matrimonio feliz: Michel (Jean-Pierre Darroussin) y Marie-Claire ( Ariane Ascaride,compañera del director en la vida real).
Michel acaba de perder su empleo a causa de un sorteo en los astilleros de Marsella por el que la plantilla se ha reducido, pero eso no conseguirá desestabilizar un equilibrio que se asienta sobre el amor hacia Marie-Claire,la amistad con su cuñada y su marido y la buena relación que mantiene con sus hijos y sus nietos.


Sólo un suceso inesperado conseguirá alterar momentáneamente su mesurada alegría de vivir.
Michel y Marie-Claire son asaltados en su propia casa por unos encapuchados mientras jugaban a las cartas con la hermana de Marie-Claire y su esposo.

La película da un giro radical a partir de este suceso.Muchas creencias se ponen a prueba,se impone la empatía y el relativismo que entran en lucha con cierto sentimiento social de " ajuste de cuentas".


Guédiguian nos deja una reflexión en torno al ser humano y lo complejo que resulta a veces nuestro posicionamiento moral ante determinadas situaciones en la actualidad.De lo que no cabe ninguna duda a través de esta crónica,es de que hay seres humanos esencialmente buenos,como Michel y Marie-Claire y quizá por eso esta película me ha recordado a "Le Havre",por esa fe en la bondad y la fraternidad.


Hay una escena en la que ambos están sentados en el balcón de su casa y Michel se pregunta qué hubieran pensado de sí mismos hace veinte años si hubieran podido verse en el punto en el que están ahora,se pregunta si han llegado a ser quienes soñaban con ese espíritu nostálgico de un sindicalista que siempre luchó por la clase obrera y ahora teme haberse convertido en un burgués,en alguien que mira con distancia y desconfianza a sus iguales.

Marie-Claire,le dice que de poder haber visto hace 20 años una imagen de ellos en la actualidad,hubiera dicho:
" Se ven felices.Para ser así de felices no han debido hacer sufrir a nadie.No han sido indiferentes a los demás".


Las razones para no perderse esta película en el marco de una crisis no sólo económica si no de valores,son innumerables.Aparentemente sencilla en su trama y magistralmente interpretada por esta pareja de actores fetiche para el director,este cuento moderno nos deja una lúcida mirada sobre los estragos de la pobreza contemporánea,la conciencia de la clase media que luchó por los derechos de los trabajadores,el retroceso de los avances sociales y por encima o por debajo de los recortes,el desempleo y la delincuencia y el posicionamiento personal de cada uno frente al otro.

La banda sonora es un elemento más que suma,así el tema "Las nieves del Kilimanjaro" de Pascal Danel y la versión de Joe Cocker " Many rivers to Cross"aparecen en los momentos precisos creando una atmósfera casi mágica que llena por completo la escena. 


 


Guédiguian nos hace una doble crónica,la social,partiendo del turbio momento que vivimos de crisis generalizada y la privada,ahondando en los duelos morales que sufren los protagonistas y las emociones que acompañan a esas disonancias.
Las dudas,las contradicciones,las inquietudes de sus personajes son las suyas y ésta,como él mismo ha admitido,es una constante en toda su filmografía.No se juzga ninguna situación por muy controvertida que sea,incluso aparentemente las más reprochables a nivel social,aparecen acompañadas de un por qué y nada nos resulta totalmente ajeno precisamente por ser humano en toda su imperfección.

Sin duda,estamos en un buen momento del cine francés,que sabe dejar abierta la puerta  a la esperanza ante los abismos que nos asaltan.Estos personajes entrañables,contrariados ante la desesperación que en ocasiones deriva en la maldad,se exponen en un ejercicio casi de rebeldía a la comprensión y la solidaridad, lejos del camino más corto que conduce al ensañamiento,el rencor y la  represalia.





En una sociedad donde diariamente se fomenta el miedo y donde se nos insta a ser regidos y dirigidos prácticamente en todos los ámbitos,me resulta casi una heroicidad que sigamos confiando los unos en los otros,más aún en los desconocidos y que seamos capaces contra todo pronóstico de implicarnos en las dificultades ajenas.Eso es justo lo que ocurre en "Las nieves del kilimanjaro"a cuyos personajes se podría aplicar aquello de:
" El único símbolo de superioridad que conozco es la bondad" (Ludwig van Beethoven)



Al final todos somos victimas de todos,pero en cualquier momento podemos darle la vuelta a la situación y cortar el círculo vicioso con sólo renunciar a ejercer de verdugos.

Y como a veces menos es más,hoy me despido de vosotr@s deseando que paséis un feliz verano, a ser posible sin dejar de lado el cine, que tantos buenos momentos nos da.
 
Troyana.

Posdata: Otras recomendables entradas de esta misma película las podéis encontrar aquí,de nuestra compañera Zinéfila Manderly , Jordicine 
 y Daniel.

viernes, 22 de junio de 2012

Un pesimista alegre


Escribe unos diálogos bellísimos, aunque resultan un poco raros cuando los lees. (...) Emplea metáforas poéticas al hablar, levanta o baja el pulgar según quiera que interpretes más o menos. (...) Al empezar un rodaje siempre advierte: Estamos entre caballeros, y al primero que se ponga agresivo lo estrangulo con mis propias manos, aquí venimos a divertirnos y a trabajar. (...) Es un gigante de un metro noventa de altura. Come y, sobre todo, bebe mucho. Fue cartero en su día. Es un pesimista alegre. Se encuentra cómodo en los barrios periféricos, en las ruinas, con los desclasados, la gente sencilla. Palabras del actor André Wilms sobre Aki Kaurismäki.

De su última película, El Havre, han escrito en sus respectivos blogs: Troyana, Manderly, Bargalloneta y Noemí. Y a todas les ha gustado. Me uno al clan y os propongo una pequeña retrospectiva de este original director. Una catarsis colectiva, cargada de ironía, humor, música, paisajes desolados, personajes inolvidables y finales de cuento.






Muere tras una brutal paliza, o eso piensan los médicos que le atienden. De pronto, se incorpora, su cara está cubierta con un aparatoso vendaje. Con sus propias manos se recompone, enciende un cigarro y se marcha. Una familia lo encuentra tirado a la orilla del río, lo acogen en su casa y lo cuidan.


No hablaba porque no tenía nada que decir.

No recuerdo ni un sonido, sólo la noche oscura.



Se ha borrado todo de su memoria. Se instala en un cochambroso contenedor “con vistas”. No posee ni un documento que acredite su identidad, edad, estado civil, profesión... Busca trabajo, pero en la oficina de empleo estiman que les toma el pelo y no están ellos para perder su valioso tiempo. La cosa no mejora en el banco cuando intenta abrir una cuenta (los suizos son menos “exigentes” y se conforman con una simple secuencia numérica, sin apellidos). Como testigo de un robo, es acusado de insubordinación al no querer firmar o responder a cuestiones simplonas, ¿cómo te llamas?



Podrías ser extranjero.
Hablo finlandés.
Aprenden muy rápido.



Mientras tanto, será el Ejército de Salvación quien le facilite lo necesario para sobrevivir. Y allí conoce a Irma...

Se va integrando en la comunidad y ganándose el respeto y cariño de todos; incluidos el “mafioso” y su perro “asesino”. Promueve cambios de estilo en el grupo de músicos. Embellece el interior de su habitáculo convirtiéndolo en un hogar. Orgulloso de su micro-cosecha de patatas...






Pero, ¿quién es realmente? ¿Lo averiguará?






Dogs have no hell (2002)

Cortometraje con la misma pareja de actores protagonistas, que en esta ocasión no tienen que ir hacia el pasado para resolver el presente. Dan un paso adelante y se dirigen en tren a un futuro prometedor (¿utópico?).








“El protagonista (Janne Hyytiäinen) busca una rendija por la que apartarse de este cruel mundo, pero la sociedad y los demás se encargan de aplastar sus modestas esperanzas una tras otra” (Kaurismäki).




Koistinen es vigilante nocturno. Rechazado por sus compañeros, vive solo y aspira a algo mejor en la vida; hasta que una mujer se cruza en su camino. Apenas puede creer en su suerte. Ella es tan hermosa. Van al cine, la invita a cenar y a un concierto. Es feliz, y muy, muy ingenuo…


Todas sus ilusiones se desvanecen: le deniegan un crédito para montar su propia empresa (fracasado), le utilizan (cretino), le despiden y le acusan por un acto que no ha cometido (infeliz), va a la cárcel (inocente).

¿Alguien le va a ayudar? ¿Podrá al fin valorar a quien de verdad le quiere?




No te vayas. No te mueras.
No pienso morirme.

En la banda sonora aparecen dos temas de Carlos Gardel: Volver y El día que me quieras.




Cuanto más cínico soy, más cariñoso soy con mis personajes

En mi opinión, son esos personajes, con sus historias y rostros inolvidables, la esencia de sus fábulas. Ambientes de tonalidades tristonas que evocan épocas pretéritas. Desde la fealdad llega a lo más hermoso, a la dignidad, solidaridad, ternura, honestidad, amistad y amor. No se queda en esos cuerpos desaliñados, bucea hasta el alma y provoca empatía en el espectador. Conmovedor, sensible, poeta y auténtico. Regado con abundante alcohol, miles de cigarros en el bar del barrio y un perro, símbolo de la nobleza y bondad: grande Kaurismäki.


Para terminar, no puedo evitar mencionar Noche en la tierra, subida al taxi de esta extraordinaria película de Jim Jarmusch, cuya pieza en Helsinki es un magnífico homenaje a Kaurismäki, recreando su universo, con sus actores habituales. Y mi adorado Tom Waits como broche final.





Como siempre, ha sido un placer. Hasta la próxima.


LU


viernes, 15 de junio de 2012

Javier Aguirre, filmografía variada


Este es un post dedicado a un director de cine que hacía películas comerciales con el fin de poder hacer sus películas intimistas. Javier Aguirre Fernández nació en San Sebastián en 1935. Melómano reconocido, no acabó sus estudios de música porque le surgió la oportunidad de estudiar cinematografía en Madrid, su otra gran pasión. Mientras realizaba sus cursos en la Escuela Oficial de Cinematografía, escribía artículos de crítica de cine para publicaciones como Radiocinema o Primer Plano.

De sus 79 obras de celuloide, la mayoría pertenecen al género experimental. Aguirre creó una corriente llamada anticine basadas en una característica antinarración fílmica. Publicó hasta un manifiesto con el que se puede dar, rebuscando en alguna biblioteca pública con un buen fondo sobre cine. Sobre sus documentales anticine no es fácil hallar rastro alguno, así que he de centrarme, siendo además mi intención inicial, en su obra comercial.

El director donostiarra.

Javier Aguirre ha hecho prácticamente de todo en el cine español: Destape, comedia costumbrista, thriller, cine histórico, adaptación de novelas  y cine con ídolos del pop. Creo que si hay que llevar un orden, mejor que sea el de género cinematográfico, ya que el cronológico nos ocuparía demasiado tiempo deteniéndonos en cada película, y algunas son “al gusto de la época”. No seré yo, de todas formas, quien critique demasiado (Algo, sí) el fenómeno de “la españolada”, ya que si existió, y vaya si lo hizo, fue porque tenía demanda suficiente por parte del público. No olvidemos que el cine es un negocio y que hasta que Santiago Segura no hizo Torrente, el brazo tonto de la ley, la película más taquillera del cine español había sido, durante mucho tiempo, No desearás al vecino del quinto, con un Landa sacando pluma antológico.

Cine musical:

Si hay un director de cine en España que haya desarrollado películas para el lucimiento de estrellas de la canción ligera, ese ha sido Javier Aguirre, cuya segunda obra en dirección fue Los chicos con las chicas (1967) una cinta musical entre alegre, juvenil, cómica y con toque romántico con ídolos del pop incluidos. Esta es la película que los enloquecidos fans de los Bravos habrán visto cientos de veces. El grupo que cantaba aquello de black is black, se sumergió en esta aventura de celuloide para promocionarse. Aparte de Mike Kennedy y su conjunto, participa un buen elenco de actrices de la época, como Laly Soldevila. En el papel de “la chica”, Enriqueta Carballeira, que fuera después, primera esposa de Javier Aguirre.

Volveré a nacer es una cinta de 1973 rodada en México cuyo protagonista es Raphael y mezcla música, drama y algo de cine negro. Después, con el quinteto infantil Parchis rodó hasta cuatro películas comenzando por La guerra de los niños, 1980, la segunda guerra de los niños, 1981, las locuras de parchís , 1982 y parchís entra en acción, 1983. Rodó con estos niños cuatro de las ocho películas que el grupo protagonizó.  Javier Aguirre tuvo un verdadero filón con los cantantes que se dirigían al público infantil, ya que por esos años rodó Rocky Carambola (1981), con el inefable Rocco Torrebruno , y al año siguiente, en plena efervescencia del mundial de fútbol, fue el encargado de filmar Los pajaritos, cuya protagonista, como habrán adivinado por el título era María Jesús, y el acordeón, también.

Cine Cómico:

Javier Aguirre, para poder sufragarse sus filmes anticine, abundó la comedia costumbrista nacional, más conocida por “españolada”. Como he dicho antes, y a pesar de que muchos de sus guiones son insufribles, este tipo de películas tienen su raro valor, sobre todo por la interpretación de sus actores y actrices, que solían ser lo mejor de cada cinta. Su primer largometraje (Segundo tras un film experimental), del año 1965, se tituló Los oficios de Cándido donde Manolo Codeso rinde homenaje a los actores de cine mudo americano. En 1968 Aguirre rueda Los que tocan el piano, película escrita y producida por José Luis Dibildos. El título hace referencia a la toma de huellas dactilares para la ficha policial. Una historia que desgrana la más que trillada sensación de subdesarrollismo nacional y sobrevaloración de lo europeo. Al año siguiente llega Una vez ser hippy al año no hace daño (1969) Otra comedia costumbrista musical que cuenta la historia de un conjunto que va de feria en feria hasta que llega a Torremolinos al calor de las suecas y del summer of love…O lo que sea. Se visten con esas casacas imposibles que llevaba Cliff Richard, pelucones y a cantar en inglés. La –poca- gracia está en que se hacían llamar los “hippy-loyas”, una mezcla entre el nombre del grupo real “los Javaloyas”, y “los gilipollas”. Con el paso de los años, curiosamente, esta película se ve con cierta benevolencia.

Los calvos del cine español luciendo pelucón

Con Soltera y madre en la vida (1969) Aguirre empieza a encauzar una segunda lectura en estas comedias tan al gusto de aquella época.  Se toca un tema que pasaba siempre de puntillas en la hipócrita y católica España: El embarazo sin matrimonio previo. A pesar de ser la típica comedia española, hay un trasfondo algo más serio. Lina Morgan paseando su bombo, la preocupación del padre/abuelo, vestido de uniforme (guardia de parque), el novio/padre, que se quiere desentender y la caritativa ayuda de las prostitutas, que se vieron en ese trance por no poder pillar con un anillo a quienes les hicieron protagonistas de la burla y de la intolerancia de una sociedad pacata e hipócrita. 

Una comedia que no lo es tanto...

Llegan los 70 y a las comedias recatadas se les empieza a dotar de cierto erotismo. En de profesión, sus labores 1970 nos encontramos un film para lucimiento de Laura Valenzuela sobre los valores del matrimonio. El mismo año rueda el astronauta (1970) Viendo la llegada a la luna, unos amigos deciden montar una agencia aeroespacial española y llegar a la luna con un cohete marca ACME poco más o menos. Destaca Tony Leblanc en su característico papel de hombre pleno de autoconfianza. Otra del 70 es Pierna creciente, falda menguante. Película que refleja dos momentos de la vida entre 1916 y 1926. Para 1972, en Soltero y padre en la vida, aprovechan el éxito de soltera y madre en la vida, aplicando la nueva fórmula para que Aguirre rodara con José Sacristán de apocado protagonista, una historia en la que una danesa vivalavida pretende dejarle el fruto de su noche de pasión para que lo cuide él solo.

¡Qué no falte el botijo ni la boina sobre el casco!

Otras comedias rodadas fueron El mejor regalo; Los pecados de mamá; Cariñosamente infiel (Estas dos últimas con María Kosty como protagonista); Martes y 13, ni te cases ni te embarques, cinta para promoción del entonces trío cómico, En busca del huevo perdido, para lucimiento de las hermanas Hurtado y El amor sí tiene cura (1991), tardío film eroticofestivo con el inclasificable Fernando Esteso haciendo doblete y una espléndida Esperanza Roy subiendo el nivel.

Cine de terror:

Aguirre se adentra, en los años 70, en el género de terror que está en alza. En 1973 rueda El asesino está entre los trece, un relato de suspense con un argumento nada original sacado de 10 negritos de Agatha Christie. Un elenco de actores españoles y americanos lleva a término la historia, donde podemos encontrar a una jovencísima Carmen Maura y al inquietante Paul Naschy haciendo de mayordomo. El mismo año rueda El jorobado de la morgue y al año siguiente, El gran amor del conde Drácula, ambas con Paul Naschy de protagonista.

Cine del destape:

Alrededor de los últimos años del dictador Franco, se desarrolló un tipo de cine provocado por el fin de largos años de represión sexual. No es que aquellas películas fueran demasiado escandalosas, aunque para las mentalidades pudorosas de la época representaba un apuro difícil de salvar. Abundaba el desnudo femenino, pero el de los varones no dejaba de ser un muestrario de calzoncillos muy mal elegidos.
El insólito embarazo de los Martínez es una cinta de 1974 en la que se cuenta el embarazo que lleva el impagable Saza, en este caso. Es una comedia en la que ya empieza a asomar el muestrario de lencería tan típico de la época. La esposa del embarazado no es otra que Esperanza Roy, pareja del director. Posteriormente Aguirre rodó otras películas del destape como Vida íntima de un seductor cínico (1975); ligeramente viudas; la iniciación en el amor; Esposa de día, amante de noche; El consenso.

Scwartzenagger no fue el primer embarazado del cine ¡Ese Saza!

Cine basado en novela:

Estas son, a mi modesto entender, las mejores cintas que ha rodado Javier Aguirre en lo que se refiere a cine comercial. Un cine maduro y algo más serio que, curiosamente está basado en narraciones, la mayoría, noveladas:

Acto de posesión (1977), basada en un texto de Miguel de Unamuno llamado las dos madres. Un dramático triángulo amoroso en el que una manipuladora mujer pretende hacerse con el hijo de otra. Anterior a la mano que mece la cuna, pero que la recuerda con fuerza.

Carne apaleada (1978), excelente adaptación de la novela autobiográfica de Inés Palou del mismo nombre. Narra la dura vida de una reclusa (Esperanza Roy) que encuentra un desdichado amor en la prisión. Es una película difícil de encontrar. Lo único que es fácil hallar son el par de escenas homoeróticas entre Esperanza Roy y Bárbara Rey. Una lástima, porque la película es bastante buena.

Difícil de encontrar, una obra muy interesante

Vida/perra (1982): Espléndido trabajo de Esperanza Roy, porque es un monólogo bien llevado en el que Juanita Narboni nos cuenta aspectos de su vida. Basado en la novela  la vida perra de Juanita Narboni, de Ángel Vázquez Molina, un autor maldito que vivió los últimos años de la Tánger cosmopolita. Recientemente hubo una adaptación cinematográfica de la misma novela llamada igual que ella protagonizada por Mariola Fuentes.

Versión para el cine de una obra "maldita"

El polizón del Ulises (1987): Basado en un texto de Ana María Matute, y protagonizado por tres veteranas actrices, Imperio Argentina, Aurora Bautista y Ana Mariscal, narra la historia de un niño adoptado por tres hermanas solteras en medio de un aislado paisaje rural.

La monja alférez (1987): ¿Qué decir de esta película? Basado en la auténtica narración de una monja donostiarra llamada Catalina de Erauso que no deseaba sino vivir aventuras allá por el siglo XVII. Bastante fiel a lo que nos narró en su autobiografía, el papel protagonista lo lleva con mucha dignidad una poco elogiada Esperanza Roy. Nada que ver con la cinta mexicana cuya protagonista era una María Félix que se moría por ser una mujer convencional. La de Javier Aguirre es una película impactante.

Esperanza Roy a estocazo limpio

La diputada (1988): Basado en un texto de Germán Álvarez Blanco, en este caso es Victoria Vera la protagonista de esta historia que nos cuenta el aterrizaje de una diputada de provincias en las cortes de Madrid. Llega ingénua y acaba descubriendo toda la serie de trampas y embustes que circundan la vida de la alta política, mezclándose, además, con una aventura extramarital.

Sin duda la obra cinematográfica de Javier Aguirre es de lo más variada que uno puede hallar. Hacer cine durante los 60, 70 y 80 no era fácil en España si uno quería sacar los pies de la producción habitual. Cine musical para ídolos del pop, españoladas típicas, películas de terror con Naschy de protagonista, destape con argumentos inverosímiles y, sí, también películas estupendas basadas en relatos únicos. Este es el cine comercial que ha dirigido Javier Aguirre, sobre sus documentales  “anticine” es bastante más difícil encontrar información.

Ya cuento con que much@s resoplarán con haber leído "españolada" en un blog que habla de cine seriamente, pero, a pesar de la cuestionable calidad de aquellas películas, no dejan de pertenecer al mismo séptimo arte. Documentándome he encontrado un espléndido blog sobre este género del cine, que tiene sus adeptos. Para quien esté interesado este enlace os llevará.

Una cosica más. ¿Os habéis fijado que Javier Aguirre es, sobre todo, director de mujeres? Suelen ser sus protagonistas principales en sus mejores obras.

viernes, 8 de junio de 2012

La costilla de Adán

Hace 45 años, el 10 de junio de 1967, el actor Spencer Tracy, dos semanas después de haber terminado el rodaje de Adivina quién viene esta noche (1967), falleció de un ataque al corazón. Murió en los brazos de Katharine Hepburn en el suelo de su cocina. En aquel mismo momento, la actriz telefoneó al médico primero, al hermano de Tracy a continuación y, por último, a la esposa de Spencer. Luego, desapareció de escena. 

Siempre se ha dicho que Hepburn nunca quiso ver Adivina quién viene esta noche (1967) y que continuó poniendo en su mesa un cubierto para Tracy. No sabemos si esto será cierto o forma parte de la historia del cine, pero lo que sí sabemos es que durante 25 años mantuvieron una relación sentimental secreta y una relación profesional que daría lugar a nueve películas. Una de ellas es:




Título en español: La costilla de Adán
Título original: Adam's Rib
Año: 1949
Pais: Estados Unidos
Director: George Cukor
Guión: Ruth Gordon, Garson Kanin
Música: Miklós Rózsa
Fotografía: George Folsey
Productora:Metro-Goldwyn-Mayer
Duración: 101 minutos

Reparto: 
Katharine Hepburn, Spencer Tracy, Judy Holliday, Tom Ewell, David Wayne, Jean Hagen

Sinopsis:
Amanda y Adam Bonner son un idílico matrimonio de abogados cuya paz conyugal se ve afectada cuando un caso los enfrenta en los tribunales como defensor y fiscal respectivamente: una mujer es juzgada por disparar contra su marido y la amante de éste. Adam no duda de la culpabilidad de la acusada, pero Amanda no es de la misma opinión.


Se trata de una comedia sofisticada y dinámica típica de la época en la que la guerra de sexos es el argumento principal. Es un tema del que ya se ha visto todo, y está lleno de tópicos pero que a pesar del paso del tiempo continúa atrayendo al público. Que los hombres y las mujeres no son iguales es algo que salta a la vista y que en algunos -bastantes- temas es difícil que ambos se pongan de acuerdo es un hecho, sin embargo ante la Ley, ambos deberían ser iguales ¿no?


El matrimonio de guionistas formado por Garson Kanin y Ruth Gordon, escribieron algunas de las mejores comedias de finales de los años 40 y principios de los 50 llevadas al cine siempre por el director George Cukor. El guión de La costilla de Adán se escribió con vistas a desarrollar de una manera entretenida y cómica las diferencias de carácter de su pareja protagonista.

El director George Cukor siempre se ha considerado como un director de mujeres excepcional y sus más conocidas películas están protagonizadas por ellas: La dama de las camelias (1936), Historias de Filadelfia (1940), Luz que agoniza (1944), My fair lady (1964), Ricas y famosas (1981), etc… Amigo personal de Katharine Hepburn, dirigió a la actriz en diez películas y a Tracy en cinco.

 

En 1942, George Stevens dirigiría La mujer del año, película en la que coincidirían por primera vez Tracy y Hepburn. De este primer encuentro se dice que Hepburn le dijo a Tracy: Me temo que soy demasiado alta para usted, señor Tracy’. A lo que Tracy respondió: ‘No se preocupe, señorita Hepburn, yo la rebajaré a mi medida’. Cierto o no, se acababa de formar una de las mejores parejas de la historia del cine. 
La asociación de dos personalidades, educación y temperamentos diferentes resultó ser una mezcla tanto explosiva como complementaria. Fuera de la pantalla se hicieron amigos inmediatamente y también disfrutaron de una gran intimidad de la que poco se supo y menos se dijo. Así lo quisieron y así fue.

En La costilla de Adán,  Tracy y Hepburn interpretan a un matrimonio de forma tan natural, cómoda y con tanta complicidad de gestos, diálogos y miradas tiernas que pueden ser la envidia de cualquiera. En la intimidad de su casa, Adán y Amanda utilizan nombres cariñosos: Pocholín (Pinky) para él y Pocholina (Pinkie) para ella; algo que en plena discusión en el juicio les jugará un mala pasada.

 
 

Sus nueve películas juntos son: La mujer del año (1942), Keeper of the Flame (1942), Sin amor (1945), Mar de hierba (1947), State of the Union (1948), La costilla de Adán (1949), Pat and Mike (1952), Su otra esposa (1957) y Adivina quién viene esta noche (1967).


Spencer Tracy (1900 - 1967) hombre alcohólico, duro, seco, complejo, difícil y de gran talento fue el primer actor en ganar dos Premios Oscar me manera consecutiva por Capitanes intrépidos (1937) y La ciudad de los muchachos (1938). Otras de sus éxitos son El padre de la novia (1950), El viejo y el mar (1958), Vencedores o vencidos (1961), etc…

Katharine Hepburn (1907 - 2003) de carácter indómito, obstinada, inteligente y de descomunal en talento, está considerada la mejor actriz del Siglo XX y tienen en su haber cuatro Premios Oscar como mejor actriz por Gloria de un día (1932), Adivina quién viene esta noche (1967), El león en invierno (1968) y En el estanque dorado (1981).

 

Dos secundarios de lujo son Judy Holliday, que da vida a Doris, la mujer acusada de intentar asesinar a su marido. A Holliday la asociamos siempre con el papel de rubia tonta, pero es algo más que eso. Supo encarnar perfectamente a una mujer muy ingenua que al espectador enamora inmediatamente con su ternura y su dulzura. Recibió el Premio Oscar a la mejor actriz, por un personaje de este tipo en Nacida ayer (1950) también de George Cukor.

 

El marido infiel, señor Attinger, es Tom Ewell, el inolvidable vecino de mente libidinosa de Marilyn Monroe en La tentación vive arriba (1955). Ewell repetiría este mismo personaje en muchas de las películas que interpretó convirtiéndose en un cómico de éxito durante las décadas de los cincuenta y sesenta.


En otros papeles más pequeños encontramos dos caras conocidas: Jean Hagen (Cantando bajo la lluvia, 1952) la amante  de Attinger y Hope Emerson (Sin remisión, 1950; Caravana de mujeres, 1955), mujer forzuda testigo en el juicio, que protagoniza una de las secuencias más divertidas de la película.


Un personaje bastante repelente y pesado es el vecino (David Wayne). Músico de profesión que le tira constantemente los tejos a Amanda sin importarle que Adán esté presente. Este personaje compone una canción, 'Adiós Amanda', que se irá convirtiendo en un éxito a medida que avanza la película. Esta balada tontorrona y pegadiza, 'Adiós Amanda' ('Farewell Amanda') había sido compuesta por Cole Porter, y él mismo decía que era una de sus peores canciones.


El éxito de La costilla de Adán reside tanto en sus protagonistas como en el reparto de papeles secundarios. Recibió una nominación al Premio Oscar a la mejor historia y guión en el año en el que nada pudo hacer frente a Eva al desnudo (1950) que arrasó en los premios. Judy Holliday estuvo nominada por este papel a los Globos de Oro, pero este año se alzaba como ganadora del Premio Oscar a la mejor actriz por Nacida Ayer (1950).

La comedia americana tiene su hueco dentro del Cine Clásico y siempre es un verdadero placer poder disfrutar de Katharine Hepburn y Spencer Tracy en perfecta compatibilidad.